UN DÍA BLANCO Y EL MADRID NO TIENE LA CULPA

En Madrid somos unos exagerados, tenemos hasta una presidenta a pruebas de bombas, vamos que si ocurriese el holocausto nuclear, quedarían ella y las ratas, todos en familia.
Cuando hace calor, hace mucho calor... y cuando el tiempo se pone frío se pone muy frío, a las pruebas me remito.... y eso que estábamos en noviembre

Hoy mi ciudad amaneció blanca... y nuestro queridísimo alcalde no lo había previsto, probablemente estaba ocupado intentando conseguir algún veneno que pueda con nuestra esperanza... así que nos quedamos colapsados y Madrid colapsado es terrorífico... hasta cerramos el aeropuerto para que nadie venga a añadirse al caos... de repente la población se vuelve inútil, huérfana de su coche, anda como vacas sin cencerros... supongo que si sigue así, irán en manada a hacer acopio para la despensa, no vaya ser que nos quedemos incomunicados sin poder alcanzar el híper de la esquina... vamos que si fuésemos palestinos, o cubanos no podríamos resistir a dos días de embargo..

A mí me encanta la nieve, la que está todo blanquita y cruje al andar... así que con valor y tezón, le dije a mi E, prepárate, vamos andando al cole... la niña tembló un poco pero se puso en marcha como un buen soldado... y nos pusimos a andar, como Anibal cruzando los Pirineos, con gorro y bufanda fuimos cruzando las calles mirando de reojo a los conductores deslizándose sobre el hielo como bailarines de fama rechazados en el casting... buses parados, como dinosaurios en peligro de extinción, camiones intentando cruzar el semáforo como tanques en el desierto iraquí...
Operación tormenta del desierto blanco, la madre de todas las batallas, eso era la guerra... entre gritos y pitos, los madrileñitos, enormes, bajitos, hacen por una vez algo a la vez.... estar atascados...

Así que orgullosas seguimos caminado, cual Obama en las primarias, yes we can. Quédate en el coche Hillary, no llegarás a ninguna parte...

En el camino pasamos por el mercadillo que nos regaló unas estampas navideñas de otros tiempo, de esos en que las naranjas eran un regalo, hablo por Bélgica, después de la guerra, se regalaban naranjas en Navidad, como un tesoro redondo y colorido, una cosa exótica en un país gris, negro de carbón y de lluvias... Mi padre cuenta que le obligaron a comérsela porque él la quería guardar de lo bonita que la encontraba... Vitaminas C de las buenas



Hay algo típico de la nieva, es la falta de ruidos, todo está amortiguado... sólo las risas de los niños y los latinos sacándose fotos de su bautizo blanco, perturbaban la tranquilidad de esa mañana especial...


El camino de vuelta me encontró más despierta e animada que cualquier otro día... me gusta tener un día diferente... me gustó que el abuelete de la esquina, quien normalmente apenas me saluda, me diga... pero qué bonita estás con ese gorro y la nariz roja como tu pelo... y como el reno de papa Noël añadí yo...


Me gustan los días especiales... se merecen la foto... mi nokia se puso en marcha

Hoy la Cíbeles está blanca y no fue por culpa de Raúl y su Real Madrid que está de pena...

hoy somos todos iguales, capeando el temporal...
qué importa tener un mercedes clase X si no se agarra a la carretera...

yo, por mi parte, sonrío a la nieve, pensando que tengo suerte de disfrutarla, de que España no depende del gas de Putín y tengo calefacción en casa, de que tenga un techo aun esté hipotecado, de que mi niña disfrutó del camino al cole, marcando sus pisadas y sólo esté mirando al cielo para pedir más copos y no por temor a recibir un misil israelí o un cohete de Hamas... sonrío por disfrutar la paz de este día blanco...

SUERTE PARA EL FIN DE