Se llamaban Ian, Raúl y Dieter y los tres tenían su propia personalidad y carácter.
Ian rubio, alto y de mirada azul era muy trabajador, disciplinado e organizado, Rául igual de rubio que Ian pero más achapado, tenía la fama y el encanto del golfo listillo, de risa fácil y tirando a vagote confiaba mucho en los demás para salirse de los líos en los que a diario se metía y de los que, por lo general, salía airoso, a Ian éso le molestaba mucho de hecho, en cuanto a Dieter un niño gordinflón más rubio si cabe que sus compañeros era el típico chico que se dejaba llevar por los demás, sin importarle en el fondo sus ideas, vamos que con dos piruletas y una barra de chocolate te lo tenías ganado, sin molestar ni meterse con nadie, Dieter miraba la vida pasar sin que nada, menos la falta de azúcar y demás hidratos, parezca afectarle.
Lo cierto es que nunca debieron coincidir en el mismo patio cualquiera de ese colegio cualquiera, pero sus abuelos un buen día decidieron que ya basta de que los de fuera les impongan sus maneras de educar a los niños como ellos, así que le juntaron a todos y les montaron ese colegio llamado Belle Gica. Un colegio único para todos los niños del barrio sin importar de que calle o avenida provenían, era una gran sueño.... pero pronto las diferencias se hicieron notar. Los de la avenida A, la de Ian, se juntaron en la parte norte del patio, la más fría e oscura pero con recovecos donde esconderse, no se mezclaron con los demás, se entendían mejor entre ellos, lo cierto es que hablaban un dialecto muy cerrado que casi nadie entendía... los de la calle B, que eran supuestamente los más cultos ya que hablaban el mismo idioma que los diplomáticos se hicieron los amos del patio, mientras los de callejón X, de donde venía Dieter, que eran pocos y tenían complejo de hablar el idioma de un invasor muy malo intentaban no hacerse notar y pasar desapercibidos.
Los del bando de Raúl se hicieron con el control del patio... su coto privado era el lateral izquierdo, el más soleado donde estaban las canchas, el arenero y los columpios. Felices, se pasaban el tiempo haciendo castillos y jugando a hacer piruetas mientras los de las otras calles no tenían acceso a esos privilegios a no ser que sean requeridos para encargarse de las tareas más pesadas como la recogida de cubos, palas y balones perdidos, o la carga de arena...
Rául y su panda se burlaban de la forma de hablar de Ian y sus vecinos, se pensaban realmente que los de la Avenida A eran todos unos paletos un poco necios que piden que les manden... por supuesto jamás nadie de la calle B mostró el menor interés por aprender el dialecto de Ian y sus amigos dejándolos a ellos el esfuerzo de aprender otro idioma, total les hacían un favor; ¿acaso no es mejor saber hablar como un diplomático que en un lenguaje para gente de pueblos?... en cuanto a Dieter y sus compañeros seguían con su táctica de camuflarse con las paredes grises del patio y seguir así a lo suyo.
Nada parecía que iba a cambiar en Belle Gica, pero el tiempo siempre se encarga de poner las cosas en su sitio, así que, sin que nadie apenas lo notase, poco a poco el óxido fue royendo los columpios, la portería y las canchas, la arena voló sin que Raúl ni nadie pense en reponerla... Mientras Ian y sus amigos de la avenida A que hace mucho pasaban de hacer el trabajo sucio de los de la calle B dejándolo a niños de colores que lo hacían todo sin protestar, se habían dedicado a reciclar cosas del patio para montar su propio parque de juego, se enorgullecían de lo bien que lo tenía todo y en un alarde de rebeldía impusieron su idioma montando espectáculos en su dialecto, ayudándose entre ellos...
Mientras Dieter y sus amigos seguían a lo suyo, como siempre inmunes a los avatares de los demás.
Cuando un buen día Rául y sus amigos se encontraron con su reino devastado por la desidia y sin remedio además, se extrañaron mucho de que ya no eran los amos del patio, sorprendidos se dieron la vuelta hacia el norte de su recreo y se encontraron con Ian y su panda descojonados ante su desamparo.
Zalameros intentaron hablar con ellos para engatusarles una vez más pero de repente parecía que los de la Avenida A habían olvido todo el bello idioma de sus vecinos y les mandaron a la mierda en su dialecto de patán.
Empezaron la revuelta y el mal rollo.... El Director del cole, el Sr Rey y los prefectos tuvieron que intervenir... Aquí nuestro lema es "la unión hace la fuerza" así que niños a callar y aguantaros, que es por el bien de todos - dijeron... pero la mecha estaba encendida. Los de la Avenida A cada vez despreciaban más a los vagos de la calle B que no supieron reconvertir sus juguetes a tiempo y ahora pretendían vivir del cuento y de la ayuda de los demás... Neen Neen het is genoeg (no no ya basta) decían en su idioma de campesino..
Aún así la situación estaba cada vez peor, las riñas y peleas no cesaban en el otrora tranquilo e idílico patio, así que se decidió dividirlo en 3, una zona para cada calle e idioma, los de la Avenida A tendrían el norte y parte del oeste, los de la calle B el sur-sureste y se destinaría un mini trozo del patio situado al Este para los del Callejón de Dieter que no pedían tanto y aceptaron con la misma pasividad de toda la vida.
Se decidió que cada parte elegiría su propio jefe y que entre ellos se pondrían de acuerdo para gobernar...
Total que fue un caos, que si Ian decía que quería instalar un tobogan en su zona, inmediatamente venía Raúl a pedir el suyo.. que si Raúl pensaba que un puente sería lo mejor para acceder a clase pues alá que Ian exigía un viaducto para ir a las suya que se sitúa en la planta baja... total un despilfarro...
Además muchos de los de la Calle B ya no sabían que hacer desde que se quedaron sin su arenero y sus juegos pero tampoco pensaban en buscarse la vida así que vagaban por el patio esperando que los profes les ayuden... mientras los de la Avenida A sacaban mejores notas y tenían la sensación creciente que perdían mucho nivel por culpa de esos tontorones del sur que no saben ni hablar otra cosa que su idioma de pedantes.
Eso pintaba mal para Raúl y sus comparsas pero afortunadamente tenían un as en la manga, seguían controlando el puesto de chucherías del recreo, un lugar llamado Capital de Europa que tenía la peculiaridad de estar justo en medio de las dos potencias del patio y estaba conocido en todo el mundo, daba prestigio ser su dueño, en cuanto a la zona de Dieter estaba literalmente descentrada y seguía en su feliz inopia, mientras podían seguir comprando sus dosis de azúcar ellos no preguntaban...
La masiva presencia de los del sur alrededor del puesto donde seguían atendiendo a los del Norte en el idioma de los grandes escritores les hacía fuerte y daba mucha rabia a Ian y su panda que decían que éso era un timo ya que parte del quiosco se encontraba en su territorio.
Así que tomaron una decisión; echar a todos los del sur que moraban en SU parte del quiosco.... como violentos afortunadamente no eran, empezaron una guerra más silenciosa... pero no por ello muy perniciosa... y era aburrir al personal con papeleos, autorizaciones en un idioma incomprensible, da privilegios a los suyos hasta conseguir que hartos los del sur se larguen y ellos paulatinamente se hagan con el control total del quiosco...
Cada vez más debiles y pobres los de Sur no se rendían pero se agotaban...
En cada elección de delegados de clase elegían a un pobre derrotado de ante mano y sin argumentos para hacer frente a los cada vez más estrafalarios requisitos de los del Norte, tipo si no me pides la pelota en mi dialecto no hay partido, como no me mandes los trabajos en mi idioma te pondrán un cero automáticamente, coloco mis amigos en tu puesto tu no vales, burro vago...
Y un buen día Ian decidió que puesto que los del sur no querían entrar en razón y ceder su sitio, ellos se iban a separar y punto, cogían sus pelotas, canicas y demás juguetes y sayonara baby, vamos a montar nuestro propio cole... El director asustado e indignado ordenó volver a votar pero salieron otra vez Ian y Raúl como delegados y sus rencores acumulados no hicieron posible que se pueda formar un gobierno único en el patio...
Y así llevan 8 meses de descontrol en el patio, cada uno jugando su liga, dándose la espaldas sin negociación posible... Algunos, entienden que éso no puede seguir que al final nadie querrá entrar a jugar en este patio, que todo ello acabará con el abandono total del colegio, propusieron dejarse crecer la barba (lo cual es complicado cuando se es niño) y algunas niñas decidieron hacer huelga de besos con tornillos... soluciones drásticas pero sumamente ineficaces
¿Y qué pasará con Belle Gica si nadie se pone de acuerdo? pues no tengo yo la solución y creo que no la hay, a largo plazo es un lugar condenado por el antagonismo de sus moradores... Hablando se entiende la basca decía Jesús Vásquez cuando ponía la quinta marcha, pero si la basca no habla el mismo idioma ni entiende las cosas de la misma manera todo es inútil...
No siento pena por mi país ni tampoco sorpresa, es así desde que nací... el mundo es un patio de recreo y si los niños no quieren jugar juntos, me temo no hay tutía... El patio de Belle gica es particular eso sí que es una gran verdad...
Gracias a mis dos seguidores nuevos que no identifico... sigo teniendo curro pero no me pude resistir a escribir esa alegoría después de leer esta mañana el post de Pilar... No sé cuando vuelvo pero ya veis que soy como los 80 siempre vuelvo
Escribí pensando en tí y lamentando tu ausencia forzada, pero veo que era innecesario, gracias por la entrada y por el comentario en mi casa. (que bien se entiende cuando se explica)
ResponderEliminarA pesar de todo, a ninguno se le ocurrió liarse a tiros en la nuca, coches bomba en hipermercados y sablazos por la causa, será por que sois belgas.
Un fuerte abrazo
Pardon, monsieur Poirot. Je pensais que vous étiez français.
ResponderEliminarMuchas gracias por la explicación, está perfectamente explicado. Hasta el más lerdo es capaz de entenderlo contado así.
Ya te veía venir después de lo visto esta mañana en el blog de Pilar.
Lo que está claro es que ni la intervención del director del colegio, ni la del prefecto, ni la del mismísimo ministro de educación, van a solucionar nada.
Por supuesto tampoco va a solucionar nada dejarse crecer las barbas ni montar campañas de castidad.
Esperemos que, al menos, no derriben el colegio para construir en su lugar un hipermercado.
Me ha gustado mucho tu forma de contar la historia de tu país, y del de mi novio :)
ResponderEliminarSé que muy poca gente sabe de qué va el problema entre valones y flamencos, porque ya lleva mi novio muchos años explicándolo a amigos míos, familiares, conocidos.. y todo aquél que pregunta :) Así que está bien que hayas contado la historia de un modo tan ilustrativo :)
Por cierto, que este martes volaré a tu ciudad de origen para pasar más o menos 1 mes con mi amore en su pueblo a pocos km de la capi <3
Saludos desde el sur de Alicante!
Es una pena que pasen estas cosas en un país democrático, aquí nada que nos descuidemos vamos por el mismo camino.
ResponderEliminares una situación dura, me recuerda un poco a la situación que vivimos los catalanes respecto al resto de España, siempre he tenido la sensación de que nos tienen manía y no acabo de entender por qué, ¿acaso no pertenecemos todos al mismo país?
ResponderEliminarbesitos